Era un día lluvioso en la autopista entre Zaragoza y Logroño. Ella disfrutaba de cada curva y no dejaba de jugar con la palanca de cambios. El cinturón de seguridad le molestaba, pero no quería correr riesgos. La carretera estaba cada vez más húmeda, y la goma resbalaba a ratos con el piso produciendo en ella una vertiginosa sensación de pérdida del control.
Después de un tramo sinuoso y lleno de cambios de rasante, ascendió una gran pendiente cuyo final parecía no llegar. Hacía fuerza con brazos y piernas, como si quisiera acelerar la llegada. Poco a poco alcanzaba la cima al límite de sus revoluciones. Cuando coronó las alturas, su cuerpo se relajó y disfrutó de una suave y recta cuesta abajo.
En aquella área de descanso, ella y su acompañante, un autoestopista irlandés, se dieron cuenta entre jadeos de que se les había roto el preservativo.
Treinta años después, Álex, del equipo de mantenimiento de carreteras, detiene la mirada por unos instantes en cada área de descanso y maldice su pelo rojo. Lo hace cada día, desde que su madre le contara la verdad.
Andoni Abenójar
Hola, me gusta la idea del micro y el final es un giro inesperado, aunque de alguna forma hecho de menos cierta ambigüedad en la descripción de la historia. Pero eso casi seguro que son cosas mías. ¿Me recomendarías alguna entrada de tu blog por curiosidad?
¡Un abrazo! ^_^
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Hola Jorge. Muchas gracias por leer el micro y por plasmar tu opinión, que comparto en gran medida. No sabría recomendarte una sola de mis «criaturas», así que te lo voy a poner fácil dependiendo de lo que te apetezca leer:
En la primera entrada (Origen) está el micro La caricia del gato negro: En este caso si que encontrarás ambigüedad, de hecho tal vez sea demasiado críptico.
En la entrada “Feo”, un relato corto con toques surrealistas y un tanto esperpénticos que pretende reflexionar sobre el encaje (sano o no) del individuo dentro del colectivo.
Es posible que te guste “Recuerdos sin nombre”, es un micro ambiguo y trata de ser más evocador que explicativo.
“Sergei, mon amour” es un relato corto pero que abarca medio siglo, sobre la vida haciéndose paso en las más difíciles condiciones y sobre el peso de nuestras raíces incluso cuando las ignoramos.
Y el micro “Pelusas azules” es una forma un tanto curiosa de representar el desamor.
Siento no haber sido más concreto, pero no me podía decantar por uno o dos…
Bienvenido al blog y un abrazo.
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Me encanta esta forma tuya de utilizar las metáforas. Espero que no te moleste si hago prácticas con lo que voy aprendiendo de ti. 😀
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Encantado que pongas en práctica tanto lo literario como la conducción temeraria 😉
Un abrazazo!
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El relato es una serie de metáforas que nos llevan por distintos recovecos en tiempo y espacio. Al final, de aquellos polvos, estos lodos…
La culpa no estaba en el área de descanso, sino en los badenes de la carretera y el afán de aventura pero… tiene un precioso color rojo 🙂
Un placer leerte que hacía tiempo no pasaba por tu casa.
Besos.
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Hola Magade. Hacía tiempo, sí. Ya no me paso tanto por G+…
Me alegra mucho tu visita, y me ha encantado lo que te sugiere el microrrelato.
Gracias y besos de vuelta.
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Me ha divertido. Gracias por descubrirme su existencia.
Un abrazo.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Gracias a ti, por tu visita y tus palabras, Alberto.
Otro abrazo.
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Muy interesante, me ha gustado mucho.
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Gracias, Sergio, Hacía tiempo que no sabía de ti. ¿Qué tal va la vida por el ancho mundo?
Un abrazo.
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