Mes: septiembre 2018

Relatos Olvidados (Vol. 2)

Nueva entrega con relatos de los inicios del blog. Dos historias perdidas en el tiempo (como lágrimas en la lluvia), cuando La caricia del gato negro no tenía tantos seguidores. Otra oportunidad para leer (o releer) algunos de aquellos trabajos que considero rescatables a pesar de su juventud (y mi inexperiencia).

Si os perdisteis la primera entrega, «Relatos olvidados (Vol. 1)», podéis acceder pinchando aquí.

Hoy, un microrrelato erótico y una historia de guerra, supervivencia y huellas apenas perceptibles entre generaciones.

 

 

Imagen_Relatos olvidados (Vol. 2)ÁREA DE DESCANSO

Era un día lluvioso en la autopista entre Zaragoza y Logroño. Ella disfrutaba de cada curva y no dejaba de jugar con la palanca de cambios. El cinturón de seguridad le molestaba, pero no quería correr riesgos. La carretera estaba cada vez más húmeda, y la goma resbalaba a ratos con el piso produciendo en ella una vertiginosa sensación de pérdida del control.

Después de un tramo sinuoso y lleno de cambios de rasante, ascendió una gran pendiente cuyo final parecía no llegar. Hacía fuerza con brazos y piernas, como si quisiera acelerar la llegada. Poco a poco alcanzaba… (seguir leyendo)

 

 

sergei-mon-amourSERGEI, MON AMOUR

La nieve no cesaba. Solo el rojo rompía, impertinente, el predominio del blanco. Había empezado a anochecer y Sergei se resguardaba junto a tres cadáveres aún calientes. Llevaba seis días apostado en el antiguo edificio de correos, del que solo quedaban tres paredes y medio techo. Sus hermanas mayores, Olga e Irina murieron sirviendo en las defensas antiaéreas de Stalingrado. Él intentó huir de la ciudad al principio, pero Stalin había dado la orden de no dejar salir a los civiles. Cuando la batalla se intensificó en las calles de la ciudad, organizó una huida con varios compañeros. Todos, excepto él murieron aquella mañana tras un bombardeo. Se había quedado solo y aislado en zona enemiga.

Cuando los cuerpos que le rodeaban se enfriaron, los alejó y se recostó haciéndose una bola. El frío y la fuerte tos solo le dejaron descansar unos minutos. Al despertar, observó preocupado un charco rojo bajo su boca. Llevaba tres días tosiendo sangre y casi no podía respirar. Se limpió y… (seguir leyendo)

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El ciclista invisible

El ciclista invisible 5Ayer paseamos juntos por octava vez. Tomé la decisión de salir con ella cuando supe lo de mi padre. La confianza aumentaba a cada paso y la taquicardia y la sudoración iniciales habían dejado espacio a una seguridad volátil pero cierta. Mi mano, que los primeros días sujetaba insegura la suya, se apoyaba ahora con descaro en su parte trasera. Creo que ya estaba preparado, mañana sería nuestro gran día. De hecho, tenía que serlo. A mi madre y mis hermanos no les iba a gustar, pero hacía demasiado tiempo que no les agradaba nada de lo que yo hiciera como para que eso me importase.

Nos detuvimos un instante, quise volver a comprobarlo. El sonido seguía ahí: cli, cli, cli…

La primera vez que lo escuché fue el verano en el que mi padre puso los ruedines a la pequeña bici de paseo. La colocó en el suelo con las ruedas hacia arriba, apoyada sobre el manillar y el sillín. Al percatarse de que, mientras él ajustaba las tuercas, yo empezaba a aburrirme, hizo girar el pedal con una mano y acto seguido lo soltó. Me maravillé al ver que la rueda trasera seguía dando vueltas como por arte de magia, como si un ciclista invisible manejara la bicicleta saltándose todas las normas de la física. El eco de la rueda acompañó la sonrisa cómplice de mi padre. Se trataba de un sonido nuevo para mí, pero extrañamente familiar. Tal vez me recordara a la lluvia al golpear la tierra húmeda, o quizás al insistente rumor nocturno de los insectos agazapados en la espesura. Siempre resuena conmigo, como un acúfeno que acompaña al vil recuerdo.

Aquella misma tarde estrenamos la bicicleta. Fuimos al descampado de las afueras: el único espacio abierto en aquella populosa y accidentada villa. Eran los años sepia, del hierro y la heroína, y jugábamos ajenos a la preocupación por (más…)